Debo confesar que leer me gusta.
Y que, aunque alterno libros jurídicos con libros de otro contenido (novelas,
ensayos, incluso poesía), una solución óptima son las novelas de abogados,
normalmente escritas también por abogados.
Estoy empezando una de ellas, Premio
Abogados de Novela 2014, escrita por un abogado jerezano titulada “El abogado de pobres”.