Estamos próximos al final del año y, como es costumbre en
estos momentos, es tiempo de reflexionar sobre lo que hemos hecho con la
intención de detectar errores y/o mejorar nuestra actuación.
El blog nació en marzo de este año, llegando la primavera, y
su objetivo era compartir y divulgar cuestiones jurídicas en sentido amplio,
tanto novedades normativas como resoluciones judiciales que pudieran ser de
interés y, en general, cualquier asunto que tuviera que ver con el Derecho y
que pudiera tener interés para nuestros clientes, compañeros, alumnos o amigos.
Creo que el objetivo se ha cumplido.
Unas veces, hemos centrado nuestra atención en cuestiones
procesales, como el efecto suspensivo del recurso de reposición que se
interpone contra el auto que desestima una declinatoria (que podéis consultar aquí) o el recurso
extraordinario por infracción procesal (aquí). Otras veces hemos aludido a
cuestiones procesales llamativas, propias de algunos Juzgados, como aquella vez
que en un escrito firmado por los procuradores de ambas partes se nos requirió
para que previamente se diera traslado a la otra parte (aquí) o la más reciente
en la que estando presentes todos los miembros de la Sala de lo Civil de una
Audiencia Provincial deciden reunirse para deliberación y fallo, como si se
tratara de una junta general universal (aquí). Sin olvidar el candente tema de
las tasas judiciales y su presencia en el Derecho Romano (aquí).
También hemos dedicado alguna entrada a novedades
legislativas, como a la figura del emprendedor de responsabilidad limitada
(aquí) o al anuncio de un futuro proyecto de ley por el que se elevaría la edad
para contraer matrimonio a los dieciséis años (aquí). Un lugar destacado, por
su importancia, tuvo la dedicada al “índice de referencia de los préstamos
hipotecarios” y su sustitución semi-oculta en la propia Ley de Emprendedores
(aquí).
También nos hemos permitido alguna libertad, como la
referencia a nuestros héroes de la infancia, como Locomotoro (aquí) o las
medidas a tomar ante una actuación a nuestro juicio abusiva de Canal Plus
(aquí). Igualmente, hemos aludido a cuestiones en las que, de un modo u otro,
hemos participado, como la entrada dedicada al derecho al olvido (aquí), o a la
eficacia horizontal de los derechos fundamentales (aquí). También hemos dado
cuenta de alguna resolución judicial que nos parecía ejemplarizante, como la
famosa “sentencia del piano” (aquí).
Finalmente, y como no podía ser de otro modo, hemos tocado
temas bancarios, como la eterna cuestión de la titularidad indistinta de las
cuentas corrientes y la propiedad de su
saldo (aquí), las comisiones bancarias (aquí) o incluso la falsificación de
documentos bancarios (aquí), todo ello al hilo de la actualidad.
En suma, y como suelo comentar con algún amigo fiel seguidor
del blog, nos hemos divertido durante este año escribiendo y, además, hemos
aprendido mucho. El resultado ha sido modesto, unos pocos seguidores fieles y
muchas más visitas de las que podíamos pensar cuando comenzamos a escribir.
Pero, eso sí, tenemos la sensación de haber cumplido el objetivo y la ilusión por
continuarlo este próximo año que está a punto de comenzar.
¡Feliz 2014!