Como
cada año en torno a estas fechas, toca cumplir con un rito procesal importante:
cambiar la agenda y trasladar a la de 2022 todos esos juicios ya señalados y
apuntados al final de la del año anterior.
Y
al hacerlo, como cada año, dos reflexiones que hoy comparto con mis lectores:
De
un lado, la constatación del inexorable transcurso del tiempo que, como suele
decirse, pone todo en su lugar. Un año más transcurrido, un año menos. Con todo
lo que supone alrededor: personas que desaparecen de tu entorno, personas que
llegan nuevas a tu vida, personas a las que casi habías olvidado que reaparecen,
etc.
De
otro, la constatación, una vez más, de que al poder político le importa un *!?k&
la Justicia. Entre los señalamientos que traslado de agenda encuentro un
procedimiento iniciado en 2018 que fija su fecha de audiencia previa para el
2024; o un asunto ante la jurisdicción laboral, iniciado en 2019, que también
fija su juicio para 2024. También tengo alguno para 2025 y creo ser afortunado
por no haber apuntado nada para 2026 (en redes sociales ya he leído algún
señalamiento para esa fecha).
Ya
lo escribí un día y me reitero en la idea: Justicia tardía no es Justicia
(podéis leerlo AQUÍ).
Pero
me asalta una preocupación. Muchas veces, quienes leen estos desahogos jurídicos piensan que es un
problema de los abogados, que nos quejamos mucho.
No,
no es un problema de los abogados. Al igual que detrás de los números de las
listas de espera sanitarias hay personas, también aquí las hay, con sus
pequeñas (o grandes) historias. Alguno de esos procedimientos con juicios a tan
larga distancia tienen como objeto reclamaciones de pensionistas, otros corresponden
a reclamaciones de cantidad, pequeñas, pero que quizá a sus protagonistas les
hagan falta hoy. Personas, en definitiva, en blanco y negro.
Foto de la colección "Lo que el color esconde" de mi amigo y gran fotógrafo, Juanma Aparicio. Podéis ver más en su perfil de Facebook: AQUI, o en Instagram: AQUI |
Sin
embargo, la reacción oficial a estas situaciones es inexistente, salvo los
inventos que tratan de evitar que los litigios lleguen a la Justicia
dirigiéndolos a otras instancias. No pasa nada. No es prioritario. Después de
todo, hoy es 28 de diciembre y ya se sabe… Aunque en la actualidad, con las fake news, podríamos decir que todos los
días son 28 de diciembre.
En fin, pasemos página y cerremos la agenda de 2021 para dar paso a la del año que está a punto de estrenarse.
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