Los lectores habituales de este blog
saben que somos aficionados a las nuevas tecnologías, siendo la propia
existencia del blog prueba de ello. También saben que somos estudiosos de la
regulación de las nuevas tecnologías y al respecto hay abundantes entradas que
así lo acreditan, desde redes sociales (AQUÍ) a derecho al olvido (AQUÍ),
pasando por protección de la intimidad (AQUÍ) o la simple utilización de
aplicaciones como el Whatsapp (AQUÍ).
Sin embargo, todo tiene un límite.
Quizá una clara muestra de esto se contiene en una foto que hemos encontrado en
redes sociales estos días y que es claramente expresiva:
Pues bien, viene esto al hilo de algo
que me ha acontecido en esta semana. Recibí un correo de una antigua alumna, a
quien di clases en la Universidad Pablo de Olavide hace un par de años, que me
indicaba que habían decidido invitarme a formar parte de la Orla de su grupo.
Ni que decir tiene que me resultó muy
agradable la invitación y por supuesto accedí a ello con prontitud pues creo
que no hay mayor satisfacción para un maestro (me gusta más esta palabra que la
de profesor) que ser recordado por sus alumnos y el figurar en su Orla es una
clara muestra de ello. Aún recuerdo las votaciones que tuvimos en el grupo de
Derecho Público de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla cuando
yo era alumno y teníamos que elegir al reducido número de profesores que
figurarían en nuestra Orla, y puedo asegurar que, como dice el refrán, están
todos los que son y sólo son los que están.
Y ahí surge el tema tecnológico. Al
parecer, ya no se hace como antes, que íbamos cuando nos apetecía al estudio
fotográfico para hacernos la foto. No. Ahora es necesario entrar en la página
web y solicitar cita previa. No es de extrañar que esta "tecnología hasta en la sopa" haya originado canciones como esta tan ocurrente de Las Supremas de Móstoles.
No voy a entrar a criticar que las
opciones que facilita son pocas (mañana o tarde y dentro de este grupo un par
de opciones de hora), porque este es un blog de Derecho. No. Lo que critico,
más bien comento, es que para poder solicitar cita previa es preciso
identificarse exhaustivamente: NIF, nombre y apellidos, Facultad y/o
Universidad a la que corresponde la Orla, teléfono y correo electrónico.
No se debe olvidar que de acuerdo con la Ley 15/1999, de
13 de diciembre, los datos de carácter personal sólo se podrán recoger para su
tratamiento, así como someterlos a dicho tratamiento, cuando sean adecuados,
pertinentes y no excesivos en relación con el ámbito y las finalidades
determinadas, explícitas y legítimas para las que se hayan obtenido.
Pero ¿me
puede explicar alguien para qué necesita, como dato obligatorio, mi NIF quien sólo me va a dar una cita
previa para hacerme una fotografía para incluirla en la Orla, si ni siquiera
sabe aún si voy o no a comprar una Orla?
Y, para colmo de males, la página web
no anuncia algo que es esencial: que hay que llevar camisa blanca puesta, pues
de lo contrario te la facilitan allí y ya pueden imaginarse los lectores el
trasiego que tienen esas camisas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario