No recuerdo la fecha en
que leí por primera vez un blog jurídico. Supongo que hará más de quince años.
De hecho, éste se viene publicando desde marzo de 2013 (aquí puedes leer la primera entrada) de manera ininterrumpida. Es cierto que ha tenido sus
altibajos, con años en los que la frecuencia e incluso la extensión de las
publicaciones ha disminuido. Pero nunca ha desaparecido del todo.
A día de hoy, se han
publicado 438 entradas y el número
total de visitas está a punto de alcanzar las 420.000. Los temas que se
han tratado han sido, fundamentalmente, de Derecho Privado, pero alguna que
otra vez nos hemos atrevido con el Derecho Penal (aquí, sobre el delito defrustración de la ejecución; o aquí, sobre el delito de estafa) o con el
Derecho Romano (aquí sobre las tasas judiciales en la justicia romana; o aquí
sobre los contratos en la película Ben-Hur), e incluso hemos publicado
comentarios-reseñas de libros (aquí sobre la vida y obra del parlamentarioandaluz Manuel Sánchez Silva, defensor de la igualdad entre españoles en el
siglo XIX; o aquí sobre una novela que mezcla historia y aventuras).
Sin embargo, parece que
los blogs –y, por tanto, la divulgación de los temas que se tratan- podrían tener
sus días contados. No me estoy refiriendo a la “competencia” que sufren de tertulianos y “opinadores” de todo tipo que proliferan por las redes sociales;
esos sólo restan visitas de quienes no tienen verdadero interés en los temas.
No, me estoy refiriendo a la inteligencia artificial.
Curiosamente –y parece que
de modo premonitorio-, no hace mucho ya publiqué una entrada en la que indicaba
cómo ChatGPT, una inteligencia artificial, estaba visitando este blog, supongo
que no por curiosidad sino para obtener información. Aquí puedes leer laentrada.
Ahora confirmo esas
sospechas. Jotdown, una revista
literaria que sigo habitualmente, ha publicado recientemente este artículo,
titulado con gran acierto como “Qué hacer cuando nadie nos busca”,
cuya lectura íntegra recomiendo.
Se indica en el mismo la
tremenda bajada de visitas en su versión digital: “Las sesiones han bajado un 40,5 %, las páginas vistas un 15,9 %. Google
nos ha traído un 31,8 % menos de visitas que el año pasado. Twitter, un 56 %
menos. Facebook, un 35 %. No son errores de medición ni una caída puntual. Es
el principio de una era sin clics”.
Y se ofrece una
explicación: los buscadores, gracias a
la inteligencia artificial, no ofrecen ya enlaces de las páginas que tratan de
contestar lo que se consulta, sino que responden con un resumen de la cuestión
tomando la información de las mismas páginas, pero sin citarlas y sin permitir
que los lectores accedan a ellas.
Verdaderamente trágico,
especialmente para las páginas que viven de las lecturas de sus visitantes, a
través de la publicidad e incluso de suscripciones de pago. Si google no
facilita el acceso a sus artículos, cada vez menos gente los leerá y, como
indica el artículo, el modelo de
gratuidad masiva morirá.
El panorama es,
realmente, sombrío. No es el caso de este blog, pues ni vive de la publicidad –aunque
aparezca a veces en las entradas- ni depende, en realidad, de cuántos lectores
acumula.
Este blog es, en
realidad, un instrumento de divulgación jurídica que cumple tres funciones
básicas:
1. La
primera es docente. Mi actividad
como profesor universitario me genera numerosos temas sobre los que escribir
para que los alumnos de Derecho –míos y ajenos, lógicamente- entiendan mejor el
objeto de su estudio o conozcan casos prácticos reales al respecto.
2. La
segunda es puramente divulgativa.
Mis clientes me consultan determinados asuntos que aquí trato o existen temas
de relevancia para ellos sobre los que escribo para que los conozcan y puedan
actuar en consecuencia.
3. Y
la tercera es totalmente egoísta:
se trata de un espacio que utilizo de manera totalmente libre para escribir
sobre lo que en cada momento me apetece, consciente de que sólo lo leerá aquél
que esté interesado.
Y por eso, seguiremos
como hasta ahora y apoyamos totalmente a los medios como Jotdown, que, como manifiestan en su artículo, seguirán “escribiendo incluso cuando nadie nos busca”
y “defendiendo con hechos que los medios
no son un lujo, sino un recurso vital (…), que el tiempo detenido es un derecho
que debemos preservar”.
En cualquier caso, si has
llegado a esta entrada a través de google, de una plataforma o de redes
sociales, mi consejo es que te suscribas a nuestro boletín de novedades para
que, al menos, tengas la oportunidad de seguir leyéndolo al recibir sus
entradas en tu bandeja de correo electrónico. Gracias.