Creo que todos estaremos de acuerdo en que ser una persona
culta no es lo mismo que saberse de carrerilla la lista de los Reyes Godos,
aunque pueda ser un periodo de la Historia de España interesante. Especialmente
en los tiempos actuales, en que las nuevas tecnologías nos facilitan cualquier
dato en segundos.
De ahí que no podamos decir aquello de que “todo tiempo
pasado fue mejor”. Pero eso no significa que no debamos tener un mínimo de
cultura que nos permita afrontar la vida diaria con cierta dignidad. Y en ese
mínimo de cultura, sin duda, se incluye el correcto uso del lenguaje, al que
habitualmente se maltrata, precisamente por su desconocimiento.
Un ejemplo claro de esta situación lo tenemos en redes
sociales donde podemos encontrar auténticas “perlas”, como esta que recoge la contestación de una señora, aspirante
a fallera mayor de Valencia, a una pregunta sobre su nivel de idiomas.
La primera reacción que esta contestación produce es el
estupor de algunos y la imparable transmisión del tuit por las redes sociales (se vuelve "viral",
para utilizar el lenguaje propio de éstas). Eso me ocurrió a mí, al verlo en
Twitter.
Y la primera explicación que me quise dar fue reconducirlo a una
cuestión educativa. Si profundizamos un poco más en la pregunta y en la respuesta,
podríamos llegar a la conclusión de que la
contestación de esta señora no es más que fruto de su época y, desde
luego, no podemos calificarla de “soez” sin más, sino que, sin duda, tiene una
explicación. Y yo mismo me la di.
A veces, este tipo de artículos se escriben no en una
entrevista personal entre el periodista y el entrevistado, sino a distancia,
mediante la remisión de un correo electrónico con el cuestionario
correspondiente, que es contestado y devuelto por su destinatario. En un mundo
como el actual, en el que el alumnado universitario no valora lo más mínimo una
tilde, ¿quién nos asegura que el texto que recibió decía “inglés” y no “ingles”?
Y ante la duda que pudiera plantearse en tal caso, ¿sobre qué
creen los lectores que estará más interesada la sociedad española, sobre el
inglés o sobre las ingles de esta señora? En un país en el que un programa como
MYHYV tuvo la semana pasada una audiencia superior al 13% casi todos los días (puede consultarse AQUI ), la respuesta está clara.
Sin embargo, cuando he profundizado en el tema, aparece el
trasfondo jurídico y, probablemente, judicial. Según se publica en El Mundo, parece
ser que el periodista “que ha elaborado esta información” (según indica la
noticia, que puede consultarse AQUI ; obsérvese que no dice que haya hecho la entrevista) ha reconocido que se ha
tratado de un error de traducción, que ella indicó “raspado”, en el sentido de “justito”,
“mínimo” y que se tradujo mal.
Para rematar todo este sainete, podemos leer en la noticia de
El Mundo que esa aclaración la hizo a través de la cuenta de Facebook de un
humorista amigo suyo.
Desde luego, si esto es así, si se ha montado el revuelo que
se ha montado con el evidente perjuicio para la imagen de esta señora, hemos pasado de una
disquisición sobre el nivel cultural de nuestra sociedad a un posible pleito
por responsabilidad civil contra el periodista y contra el periódico, pues
resulta evidente la negligencia y el perjuicio que para la imagen de esta
señora se puede haber provocado.
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