Esta expresión latina es todo un clásico del Derecho Penal y
de la vida en general. Significa que cuando alguien se excusa de algo sin que
nadie lo acusara previamente, es una prueba manifiesta de su culpabilidad, de
que se está acusando a sí mismo.
Por otro lado, en el mundo de las estafas informáticas-telemáticas,
uno de los más claros indicios de que estamos ante una de ellas suele ser la
redacción de los textos. Suelen utilizar un lenguaje extraño, mezcla de español
y sudamericano y con graves defectos tanto en la sintaxis de las oraciones como
en los usos gramaticales.
Lo que nunca me había encontrado hasta ahora era una
dirección de correo electrónico en la que se afirmara expresamente que era una
cuenta segura y que no era falsa (“fake” en la terminología anglosajona). Hasta
hoy, en que he recibido un correo electrónico de la cuenta supuestamente de
Apple pero que se llama expresamente “@secure-nofakeaccountsafety.com”
(algo así como “cuenta segura, no falsa, de seguridad”).
Evidentemente, no cabe más que acudir a la sabiduría del adagio latino – “excusatio non petita, accusatio manifesta”-
y borrar el correo sin abrirlo, pues nada bueno puede contener. Ah, y bloquear al remitente para “limpiar” el
número de estas cuentas de spam tan habituales y tan molestas.
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